martes, 28 de agosto de 2018

Pedro Sánchez es un dictador cobarde, ambicioso y débil

La dictadura no es patrimonio de la derecha por mucho se empeñen en hacernos creer algunos ideólogos. De hecho, los dictadores más crueles de la historia de la humanidad han aparecido de la izquierda, empezando por Lennin,Stalin o Mao,pasando por Fidel Castro y Chavez y terminando con el de Nicolás Maduro. Pedro Sánchez es el ambicioso dictador de paja del populismo, sostenido en el poder por la extrema izquierda y los nacionalistas.

La izquierda española nos ofrece -todos los días- ejemplos de cómo ejecuta su dictadura hipócrita, barnizada con una finísima capa de apariencia democrática.
El PSOE,tras la muerte de Franco se habia desvinculado del marxismo y el bolcheviquismo pero por lo que parece se ha vuelto a vincular  y esta volviendo a ser aquel PSOE de Negrin y Largo Caballero.

Desde su mismísimo nacimiento, el PSOE nunca ha sido una entidad de interés público con el fin de promover la participación de los ciudadanos en la vida democrática y contribuir a la integración de la representación nacional. El PSOE es un ente dónde los únicos intereses imperantes son los de sus integrantes y dirigentes. El PSOE es una estructura endogámica acorazada de centenares de miles de familiares, amigos y correligionarios que viven parasitariamente del aparato del Estado. Para ello, se ha valido de las instituciones para crear un entramado de leyes y normas que les hacen intocables. Han corrompido la justicia, saqueado los bienes públicos y esquilmado a los ciudadanos a base de impuestos.

 Y todo con el único objetivo de enriquecerse y perpetuar su estatus privilegiado. El PSOE, en resumen, no es un partido político sino “una pandilla de arribistas aprovechados que dan apariencia de partido”.

El PSOE, no es socialista

No consta en toda la historia del PSOE que jamás haya realizado una planificación y organización colectiva acorde  con la vida social y económica de España.
Desde el inicio, fomentó la competencia entre ciudadanos, en lugar de la unión. Promovió el enriquecimiento con el mínimo esfuerzo, con la cultura del “pelotazo”. ¿Quién no recuerda la intervención de Carlos Solchaga ministro de Economía y Hacienda de Felipe González, quien durante un acto de la Asociación para el Progreso de la Dirección celebrado en el hotel Eurobuilding de Madrid el 4 de febrero de 1988, dijo: «España es el país donde se puede ganar más dinero a corto plazo de toda Europa y quizás uno de los países donde se puede ganar más dinero de todo el mundo». La burbuja especulativa y el pelotazo había sido inaugurado oficialmente por el PSOE.
Pero uno de los ejemplos de los tics dictadores del mal llamado socialismo español es, sin duda, cuando consiguió eliminar el único resquicio de democracia e independencia del poder judicial al modificar la Ley Orgánica del Poder Judicial. Abrió la brecha entre clases al introducir figuras fiscales como las SICAV. Utilizó las devaluaciones y el endeudamiento para paliar las crisis fruto de su desastrosa política económica. Convirtió a la octava potencia industrial del mundo en un país marginal basado en servicios. Negó la crisis económica en contra de todas las evidencias. Manipuló la contabilidad nacional para ganar las elecciones, hundiendo a España en el abismo. Y, finalmente, se plegó a los burócratas de Bruselas traicionando su esencia socialista, si es que alguna vez la tuvo.

El PSOE, no es obrero

Hasta los propios socialistas han terminado por admitir, aunque de nada sirva,  que con el PSOE siempre se han producido los peores resultados de empleo en España. Es, sin duda, el campeón absoluto del paro. A ello, hay que añadir que ha utilizado a los sindicatos y patronales para establecer unas redes clientelares de miles de liberados. Por cierto, estos son los beneficiaros que manejan a sus anchas los expedientes de regulación, los diferentes fondos de ayuda y la negociación de convenios. Así, el mercado laboral español se ha convertido en uno de los más corruptos del mundo.

El PSOE, no es español

Es de sobra conocido cómo el PSOE regaló a Stalin las reservas de oro público que había acumulado España y que daban valor a su moneda. También convendría rememorar cómo los socialistas contribuyeron a acabar con la II República. Pero mejor veamos su continuista historia reciente. Cuando recuperó el poder en 1982 tenía una misión clara: desmantelar y repartirse la industria española manufacturera y agrícola. Estos dos sectores pasaron del 35% del PIB al 15%, en beneficio de los “socios europeos”, especialmente Francia y Alemania. Así se aseguraban quitarse de en medio a un competidor a cambio de “su permiso” para entrar en el mercado común.
En segundo lugar, desmanteló uno de los mejores sistemas de enseñanza de Europa. En su lugar, instauró una metodología alienante que convertía a la comunidad educativa en un despropósito. Dejó de premiarse el esfuerzo, el trabajo y la disciplina que fueron sustituidos por la mediocridad. Era la forma de  garantizar que las próximas generaciones tampoco fueran competitivas ante “sus socios”.

España no es una nación, sino una nación de naciones”

En tercer lugar, promovió la competencia y la discordia entre las regiones, luego llamadas autonomías. Después llamadas “naciones” de un estado “discutido y discutible”, utilizando el idioma y la “memoria” como elementos de conflicto. Fomentó el desmoronamiento de España como nación, traicionando a su historia, costumbres, cultura y valores. Ignoró a quienes dieron su vida por España, incluidos, los asesinados por los terroristas, mucho de ellos, militantes del PSOE.
Por último, no olvidemos que la idea de España de Pedro Sánchez pasa por una plurinacionalidad de difícil encaje con el sentido común, el ordenamiento jurídico internacional y el sentimiento de los españoles.

Pedro Sánchez, el ambicioso dictador sostenido por extremistas

Albert Einstein ya sentenció: “Las personas débiles se vengan. La fuertes perdonan. Las inteligentes ignoran.”. Pedro Sánchez, ha dado sufientes muestras de debilidad cerebral, argumental y política. Un personaje al que no le importa cambiar de discurso y hacer lo contrario de lo que emanan sus hipotéticos principios, con tal de conseguir su objetivo.
Vengarse de Franco, exhumando sus restos mortales por Decreto y sin consenso, es un magnífico ejemplo de lo expuesto.
Pero los tiranos en España tienen sus propias características. Así es un dictador:
Accede al poder sin elecciones.
Anula la voluntad de sus ciudadanos. 
Usa recursos públicos para sus intereses personales.
Politiza las instituciones públicas.
Gobierna a base de decretazos.
Controla los medios de comunicación públicos. 
Persigue a quien no piensa como él.
Pedro Sánchez se ha convertido el dictador más relevante de la historia democrática de España. Y lo que es peor: es un dictador débil sostenido por separatistas ,terroristas y la izquierda mas radical. Este es Pedro Sánchez.




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