Agentes de la Guardia Civil, en el marco de la operación Abyose, han logrado la desarticulación de una organización criminal formada por 17 personas, de nacionalidad magrebí, especializada en robos con violencia e intimidación y que actuaba principalmente en el municipio madrileño de Collado Villalba.
La investigación se inició el pasado mes de enero, cuando se recibió una denuncia en las dependencias oficiales del Cuartel de la Guardia Civil del citado municipio, en la que una ciudadana,una anciana de 82 años que paseaba a su perro raza caniche, manifestó haber sido víctima de un robo en plena calle con violencia e intimidación por parte de varios jóvenes. Sufrió varias heridas y cortes con un arma blanca, golpes con una barra de hierro y le sustrajeron su teléfono móvil,ademas de la perdida del animal al que estos salvajes retorcieron el cuello matandolo.
Ante la gravedad de los hechos, agentes del Área de Investigación de Collado Villalba, se hicieron cargo de las pesquisas y tras la recogida de diferentes testimonios consiguieron identificar a uno de los presuntos autores de los hechos, un joven marroqui,al que la víctima reconocio sin ningún género de dudas.
En el trascurso de la investigación se logró relacionar estos hechos con otros sucesos que estaban sucediendo en la misma población y con un modus operandi similar, por lo que se sospechó que detrás de esta agresión se pudiera encontrar un grupo organizado como responsable de los hechos ilícitos.
Con el fin de la identificación del resto de personas que formaban el grupo, se establecieron dispositivos de vigilancia discretos en el círculo más inmediato del sospechoso, desenmarañando los agentes una organización criminal perfectamente jerarquizada y organizada que la componían 17 personas,todos marroquies y que estaban divididas en cuatro escalones con diferentes roles de actuación.
El primero estaba formado por una única persona, el líder de la organización, además de ser el que daba órdenes al resto del grupo era el que más violencia utilizaba y el más activo en cuanto al número de robos. Asimismo, se encargaba de gestionar los efectos sustraídos y el dinero.
Cinco personas formaban el segundo el escalón, estando a las órdenes directas del jefe, que dirigían y materializaban los robos ejerciendo una gran violencia sobre las víctimas empleando para la intimidación navajas,hachas, cuchillos,catanas, barras de hierro,bates y armas de fuego simuladas.
El tercer escalón lo formaban tres personas, que eran los que participaban en hechos donde primaba el descuido de las víctimas realizando funciones de vigilancia o de intimidación cuando la víctima se resistía al robo.
Y el último escalón lo componían cinco personas que participaban con menor asiduidad en hechos delictivos y con tareas principalmente de vigilancia y custodia de efectos sustraídos.
En el desarrollo de la investigación los agentes han apreciado una evolución en la forma de cometer los robos, ya que en los últimos hechos denunciados obligaban a las víctimas, intimidándoles directamente con un arma blanca, para conseguir las claves de las tarjetas de crédito. Asimismo, se ha detectado también que estaban incrementando cada vez más la violencia que empleaban, actuando cada vez más con mayor desprecio hacia la vida e integridad física de las personas,ya que no solo les robaban,sino que tras robarles les daban una brutal paliza o algun navajazo.
Un denominador comun en todos,o casi todos los ataques,era que tras consumarlo decian a la victima: "JODETE,HIJO DE PUTA RACISTA DE MIERDA"
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